Las mentiras de la ciencia by Federico Di Trocchio

autor:Federico Di Trocchio [Di Trocchio, Federico]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo, Ciencias naturales
editor: ePubLibre
publicado: 1993-01-01T00:00:00+00:00

Capítulo VI

Falsificaciones afortunadas y desafortunadas

LA ASCENSIÓN Y CAÍDA DE FRANZ MOEWUS

La mañana del 30 de mayo de 1959 Liselotte Moewus encontró en el suelo fulminado por un ataque cardíaco a su marido Franz, el hombre que había demostrado que incluso las algas verdes pueden copular y había convertido a estas pequeñas plantas en protagonistas de una nueva disciplina, la biología molecular, que tiene por objeto analizar los procesos por los cuales el patrimonio genético determina la formación y los caracteres del organismo adulto. Eran estudios, de vanguardia llevados a cabo con mucha elegancia y que arribaron a resultados claros y sorprendentes. Por ese motivo, unos meses antes Moewus había sido recibido triunfalmente en Estados Unidos, donde había sido invitado a dictar una serie de conferencias.

Pero precisamente durante este viaje se confirmaron las sospechas que desde hacía años recaían sobre el estudioso alemán: los sorprendentes resultados expuestos en tantas publicaciones eran en realidad resultado de engaños y falsificaciones. Muchos de los experimentos ni siquiera habían sido realizados; en algunas demostraciones Moewus recurría a trucos de prestidigitador y todas sus teorías e hipótesis acerca de la vida sexual y la genética de las algas demostraron ser finalmente un colosal castillo de naipes.

La historia de Moewus, reconstruida sólo recientemente en un bello libro escrito por el historiador de la ciencia australiano Jan Sapp, es digna de aparecer junto con la de Kammerer en el capítulo dedicado a los falsificadores desafortunados. A diferencia de muchos falsificadores de los que hablaremos seguidamente, como por ejemplo el estafador de Piltdown que nunca fue descubierto, o Burt, cuyos engaños se descubrieron sólo después de su muerte, Moewus fue desmentido en vida y debió sufrir las amargas consecuencias de sus falsificaciones: perdió el trabajo, perdió el honor como científico y, después de un ataque cardíaco probablemente provocado por el gran disgusto, perdió también la vida.

Franz Moewus nació en Spandau, un suburbio de Berlín, el 7 de diciembre de 1908. En su familia habían sido durante generaciones sastres, especializados en confeccionar los uniformes de la guardia prusiana. Franz, en cambio, demostró un notable interés por la biología y su padre le otorgó todo su respaldo. Así fue cómo, al terminar la universidad, decidió emprender el camino de la investigación científica. Optó por la especialización en botánica bajo la dirección de un autorizado estudioso, el profesor Hans Kniep, que enseñaba en el instituto de botánica de la Universidad de Berlín y se ocupaba especialmente de los hongos y de las algas. Pero murió muy joven, antes de que Moewus terminara su tesis de doctorado. Al quedar huérfano en el ámbito académico, Moewus decidió buscar la protección de Max Hartmann, que ya entonces era una autoridad en el área de la protozoología, y dirigía el Kaiser Wilhelm Instituí de biología de Berlín.

Una de las ideas fijas de Hartmann era la de la sexualidad, que él consideraba un fenómeno biológico universal. Según una teoría que él apreciaba mucho, todo el mundo de la vida se apoya en la polaridad sexual entre masculino y femenino.

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